El Papa Francisco recorrerá mañana los 9.200 kilómetros que separan a El Vaticano de Corea Sur, donde permanecerá hasta el lunes. En ese país con mayoría de confucianistas y budistas, el Pontífice nacido en Argentina irá al encuentro de los 5,5 millones de católicos surcoreanos y asistirá a la VI Jornada Asiática de la Juventud.
“Los jóvenes son portadores de esperanza y energías para el futuro, pero también son víctimas de la crisis moral y espiritual de nuestro tiempo”, dijo Jorge Mario Bergoglio ayer en un video dirigido a sus anfitriones. “A los jóvenes en particular les llevaré el llamado del Señor: ‘juventud de Asia levántate, la gloria de los mártires brilla sobre ti’”, añadió Francisco, que será el primer papa que concurre al acontecimiento organizado por las nuevas generaciones de fieles del continente asiático.
La VI Jornada de la Juventud se desarrollará entre el 13 y el 17 de agosto en la ciudad de Daejeon. El viernes, Francisco se trasladará desde Seúl hasta allí para para celebrar la misa de inauguración en el estadio que fue escenario del Mundial de Fútbol en 2001. Ese mismo día, el Papa llegará al santuario de Solmoe, donde tiene previsto reunirse con jóvenes procedentes de 15 países asiáticos. El domingo volverá a encontrarse con los participantes de la Jornada en la misa de clausura.
La agenda del jueves incluye visitas a la presidenta surcoreana Park Geun-hye y a los obispos coreanos en la sede de la Conferencia Episcopal. Francisco acudirá el sábado a Gwanghwamun para la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y de otros 123 mártires asesinados en 1791, en la época en la que el cristianismo entró a Corea. Ese mismo día viajará en helicóptero a Kkottongnae donde visitará la Casa de la Esperanza, centro de recuperación de discapacitados, y se entrevistará con las comunidades religiosas y miembros del apostolado laico de Corea. La gira concluye el lunes con un encuentro con los líderes católicos en el Palacio de la vieja Curia de la arquidiócesis de Seúl y la celebración de una misa para “la paz y la reconciliación” en la catedral de Myeong-dong, en Seúl.
La última vez que un papa pisó tierra surcoreana fue en 1989, con el periplo de Juan Pablo II. Francisco había dicho que Asia, donde sólo hay un 3% de católicos, iba a ser una prioridad para su papado. Al respecto, Matthias Hur Young Yup, sacerdote portavoz del arzobispado de Seúl, expresó a la agencia DPA que la iglesia coreana será la puerta de la evangelización del continente.
En esa misión, el objetivo será llamar la atención de la reticente Corea del Norte y de su aliada China, potencia que mantiene una relación fría con El Vaticano.